info@mentpsicologia.com
¿Sabes quién eres?

¿Sabes quién eres?

¿Sabéis quien sois? Es decir, ¿conocéis y reconocéis cómo sois? Y sobre esto, ¿actuáis siempre congruentemente con cómo queréis ser?

El post de hoy va dirigido al AUTOCONCEPTO, el cual se puede entender como la imagen, tanto física como psicológica, que tenemos de nosotros mismos. El autoconcepto es un conjunto de valores, conceptos, juicios, críticas, pensamientos, sensaciones o experiencias propias, que por sus interacciones o consecuencias propician una o otra imagen propia. Aunque también hay aspectos externos al individuo que pueden condicionar en nuestro autoconcepto, ya que a partir de la interacción social aprendemos sobre nosotros mismos por cómo reaccionamos o reaccionan los demás.

Pero concretamente, hoy hablaremos sobre el autoconcepto deportivo. Sobre esto nos gustaría especificar que cada individuo tiene su propio autoconcepto, pero que dentro de este puede haber especificaciones. Por ejemplo, sobre cómo quiero ser específicamente en un ámbito, ya sea social, laboral, personal o deportivo. Por lo que puede que un deportista quiera ser de una determinada manera cuando compite, pero que luego al llegar a casa deje algunos aspectos meramente deportivos en la puerta.

Volviendo al deporte; ¿de qué puede servir trabajar el autoconcepto en deportistas? Es de gran utilidad concretar “cómo quiero ser como deportista” ya que a partir de aquí se orienta la atención hacia los aspectos de su conducta que el deportista quiere aumentar o disminuir. Es decir, a nivel atencional se pueden especificar comportamientos y conductas a llevar a cabo o a eliminar en situaciones concretas de los entrenamientos y competiciones, para ayudar al deportista a tener un foco atencional y motivacional en el que centrarse cuando lo necesite.

Un ejemplo de la utilidad de trabajar el autoconcepto a nivel atencional seria cuando durante un entrenamiento o competición el deportista comete un error y sus pensamientos se quedan estancados en recrear ese momento, o a nivel motivacional, cuando el deportista no encuentra fuerzas para seguir entrenando después de un ejercicio intenso. En ambos casos, si se ha establecido un autoconcepto deportivo, el deportista se puede preguntar si está realmente actuando cómo quiere actuar. En el primer ejemplo, si realmente quiere recrearse en el error y dejar de prestar atención a lo importante del momento, y en el segundo ejemplo, si realmente siendo como él quiere ser, abandonaría el entrenamiento.

Ser como queremos ser no es sencillo, pero si pensamos en las cosas que tenemos que hacer para ser cómo queremos ser, nos ayudaremos a centrar la atención en los aspectos que dependen de nosotros, ayudándonos así a no tener que reflexionar en cada momento si realmente estamos haciendo lo que queremos hacer.

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Cerrar menú
×

Carrito